sábado, 10 de abril de 2010

dos tipos de archivo

Me planteo como ha cambiado esta acción de hacer memoria en la actualidad con la llegada de la cámara digital a nuestras vidas. En el artículo De la “cultura Kodak” a la “cultura Flickr”: Prácticas de fotografía digital en la vida cotidiana 15, se resalta el cambio radical acontecido en el medio fotográfico debido a la constante presencia de la cámara digital como dispositivo de uso cotidiano. Los teléfonos móviles se venden, por norma general, con cámara integrada; esta omnipresencia tiene como resultado que los momentos, los lugares y el uso que se les da a las fotografías hayan cambiado radicalmente, y con ello también ha cambiado la función social de las imágenes. La fotografía ha pasado de ser un objeto casi ritual, relacionado con fechas y eventos específicos, a ser una práctica cotidiana en la vida de muchas personas; por no hablar del incremento considerable de la propia producción de imágenes y como consecuencia de nuestros propios “archivos” de imágenes. Concluyo que la acción de rememorar es siempre la misma, sin embargo, en la actualidad nos servimos de un número mucho mayor de imágenes que nos acompañan y facilitan el camino para recordar determinados acontecimientos.

La idea de acumulación ha aparecido a lo largo de esta investigación en dos ámbitos diferentes. Por un lado, hemos visto como la memoria es un sistema acumulativo, un archivo que parece no tener fondo, donde se albergan múltiples datos recogidos desde nuestra más tierna infancia hasta el momento en el que morimos, y que sin embargo no se comporta con la misma rigurosidad con la que se ordenan los archivos creados por el individuo. Se trata pues de un archivo mental de carácter abstracto que funciona a través de complejos mecanismos de asociación, recuerdo, creación de imágenes... En segundo lugar cada individuo crea pequeños archivos físicos que comprenden fotografías, objetos, cartas... que nos remiten directamente a nuestro pasado y por consiguiente a nuestra identidad.

Estos dos modelos de archivo parecen complementarse de un modo recíproco. Se sustentan el uno en el otro. Si la memoria falla, podemos basarnos en una fotografía para rememorar un determinado momento y recordar todos aquellos datos que nuestra memoria había obviado, escondido o tergiversado; si perdemos ese archivo de recuerdos tangibles, siempre podemos acudir a nuestra memoria, pese a saber que hemos olvidado retazos de la historia. Esta última acción, la de acudir a nuestra memoria para recuperar algún recuerdo, tiene un carácter más emocional si cabe, que el archivo tangible, y es que los recuerdos han quedado fijados en la memoria gracias al impacto emocional que sufrimos en el momento en que ocurrió.

El registro de la información, y el almacenamiento de la misma, es decir la idea de archivar, ordenar, guardar... etc para el futuro ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. En el ámbito artístico, también ha sido un tema a tratar. Diferentes artistas han tratado este tema, en relación a la idea de registro. Registrar el mundo a través de una cámara es realizar un archivo subjetivo del mundo que nos rodea, de una realidad particular. La imagen ha sido un soporte idóneo para llevar a cabo esta labor. A continuación veremos ejemplos de artistas que han llevado a cabo este registro desde perspectivas muy diferentes.

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